viernes, 30 de julio de 2010

No se que es lo peor: la ineptitud, la corrupción o la desfachatez.




Cuando veo a Aristóbulo Istúriz decir con el mayor desparpajo que la culpa de la presencia de asesinos y secuestradores de las FARC en territorio venezolano la tiene Colombia, me lleno de indignación. La culpa de que Ivan Márquez, Rodrigo Granda y demás secuaces reciban la protección del hamponato chavista la tiene Colombia! Chávez estaba chiquito, dice Istúriz, cuando comenzó la violencia colombiana. Por lo tanto la presencia de terroristas y centros de entrenamiento para criminales en Venezuela es culpa de Colombia. La desfachatez de Istúriz solo compara con el tamaño de su cuenta de ahorros en Suiza.

Cuando leo el memo de Jesús Villanueva, director de PDVSA, a Rafaél Ramírez, sobre el desastre de PUDREVAL siento una profunda indignación. El hampón mayor de PDVSA sabía desde principios de 2009 que había una podredumbre generalizada en PDVAL, Bariven y en PDVSA, en relación a la tragedia de los 150 millones de kilogramos de comida dañada. Villanueva habla de millones de dólares de pérdidas debido a la insensatez de traer toneladas de comida que no se podían distribuir, de toneladas de comida pudriéndose en los puertos con el conocimiento de Ramírez y de los otros hampones de PDVSA: Pulido, los Kabul, toda la plana mayor de esas empresas podridas. Villanueva tuvo la valentía de denunciar este caos pero no recomendó castigo para los hampones. Quizás no se atrevió a plantearlo, aunque ella era la conclusión obligada de la denuncia. Allí hubo de todo: ineptitud, indiferencia, robo descarado a través de las empresas intermediarias amigas de los hampones, encubrimiento, complicidades, insensibilidad al permitir que se pudrieran los alimentos del pueblo. Este crimen tiene que ser castigado de manera ejemplar. Los hampones tendrán que ir a la cárcel.

Cuando veo que la CVG, nunca una empresa rentable y cronicamente enferma de corrupción y politización, ha terminado por colapsar en manos de una jauría de ignorantes y codiciosos que no tiene la menor idea de como manejarla, siento tristeza e indignación. Por allí ha pasado, bajo el chavismo, un macabro desfile de ladrones, secuestradores, ineptos y gentes de ínfima calidad profesional. Ahora está “gerenciada” por trabajadores, elegidos a dedo. Las empresas ya se han ido a un foso de donde no podrán salir. Estos sinverguenzas no saben sino pedirle dinero al gobierno, cuando son las empresas las que deberían darle dinero al país. Son parásitos de la peor especie.

Cuando veo que la armada venezolana, por boca de su jefe Aniasi, está reclamando que le devuelvan sus millones invertidos por su caja de ahorros en una casa de bolsa intervenida por el chavismo, me indigno. Que carajo hacían estos ineptos de la caja de ahorros de la Armada, poniendo dinero de sus miembros en un centro de especulación financiera? Deberían ir a la cárcel por incompetentes. Falta saber si hubo algun acto de “persuasión” para que ello ocurriera, en cuyo caso la ineptitud se daría la mano con la corrupción. Y, ahora, a cuenta de que la Armada le pide al régimen que les devuelva un dinero que no era de ellos y que arriesgaron ellos por su codicia?

Cuando veo que la hundida gabarra Aban Pearl fue contratada con una empresa intermediaria, con un probable enorme sobreprecio y que los hampones que propiciaron este fraude están cabeza fresca, me siento indignado. El régimen tiene toda la información que necesita para actuar. Pero, como va a actuar si la complicidad está tejida en el mismo seno del régimen? Que carajo se le puede pedir a una fiscal, a un contralor, a una defensora del pueblo que están chapoteando en el mismo pantano?

Cuando leo que Cilia Flores dice que el cardenal “agrede” al gobierno, siento unas ganas irresistibles de agarrar a la Asamblea Nacional., con todos sus hampones adentro, y botarla en La Guásima. Que cueva de fascinerosos.

Cuando veo a Hugo Chávez pararse frente a los restos profanados de Bolívar y comenzar a balbucear babiecadas cursis y a plagiar a Neruda, me entra unas ganas inmensas de darle una patada por el rabo.

Hemos tenido malos gobiernos. Pero esta combinación, esta trinidad maldita de ineptitud, corrupción y total desfachatez, es la primera vez que la veo en mi país. Estos hampones simplemente se sonríen ante la cámara, como si no hubieran quebrado un plato. Carecen del gene de la verguenza. Son impúdicos, desde Chávez hasta Arias Cárdenas, desde Escarrá hasta Aristóbulo, desde Flores a Maduro, todos se jactan de sus fechorías y ponen patas arriba todos los principios conocidos de la ética y de la moral.

2 comentarios:

GRUPO FENIX dijo...

ESTIMADO SR. CORONEL SOY COLOMBO-VENEZOLANO. VIVO EN BOGOTA Y JUNTO A UN ESTIMADO AMIGO ESTAMOS COMENZANDO A DAR FORMA A UN PROYECTO QUE VA EN POS DE LOGRAR UNA AMERICA QUE CON HERRAMIENTAS EDUCATIVAS Y DE OPINION ENFRENTE ESTE MAL QUE LLAMAN SOCIALISMO DEL SIGLO XXI. MI NUMERO DE CONTACTO ACA EN COLOMBIA ES 00-57-301-5495402 Y MI CORREO ES juan240967@gmail.com. ESPERAMOS ESTABLECER CONTACTO CON USTED. GRACIAS.

Gustavo Coronel dijo...

Hola Juan Carlos:
Puedes escribirme a mi email: coronel.gustavo@gmail.com y con gusto estableceremos contacto.