lunes, 15 de noviembre de 2010

Ideólogos y "apóstoles" del chavismo

La sucesión de mentores e influencias ideológicas que ha tenido Hugo Chávez constituye una buena indicación de su fragilidad conceptual, un arroz con mango donde se mezclan la llamada literatura de bolsillo y lecturas más serias pero insuficientemente digeridas sobre socialismo.

Es un chorizo que va, más o menos, así: Arias Cárdenas - Lucas Estrella- Norberto Ceresole - Eduardo Galeano – Marta Harnecker – William Izarra – Haiman El Troudi – Joseph Stiglitz – Noah Chomsky – John Kenneth Galbraith – Alberto Muller Rojas - Heinz Dieterich – Alan Woods (en la foto, con Esteban). Trece “mentores” en once años. Una rotación tan violenta como la de sus presidentes de PDVSA  o sus miembros del gabinete.

Algunos de estos mentores han sido simples payasos, como Estrella. Otros han sido influencias lejanas como Stiglitz. Chávez mató a uno antes de tiempo, el caso de Chomsky. Al menos uno fué un fascista y anti-semita despreciable, el caso de Ceresole. Uno que otro han sido ideólogos pasados de moda como Galeano o resentidos enfermos como Muller Rojas. Ha habido despreciables traidores a la patria como Izarra., rastreros aduladores como Arias Cárdenas y fraudes intelectuales como El Trudi. Algunos han sido ideólogos equivocados pero de verdad, como Harnecker o Dieterich, quienes se han alejado asqueados del curso que han tomado los acontecimientos. El último en el chorizo es, por ahora, Alan Woods, un residuo excrementicio del troskismo inglés.

Estrella le dió a Chávez una dosis de extraña cursilería que Boris Izaguirre desinfló en su momento. Ceresole le alentó el odio, el anti-semitismo y el complejo de inferioridad que traía abotonado por años. Galeano le prestó algunos clichés. Harnecker le puso orden a las locuras ideológicas que encontró, antes de que Chávez la botara ignominiosamente. Izarra promovió la naturaleza bombástica y cursilona del régimen y enlazó la invasión cubana de los 60 con la invasión de este siglo. Muller Rojas lo puso a hablar de guerra asimétrica. El Troudi usó un lenguaje simiricuiri, definiendo al socialismo como “lo que no es”.

Stiglitz, Chomsky y el difunto Galbraith, sin tener ingerencia directa en el pútrido sancocho, han siso utilizados con rapacidad por Chávez para darse algun lustre intelectual de refilón. Dieterich hizo lo que pudo pero ha tenido que rendirse ante la estupidez del paracaidista y promueve hoy una disidencia “radical” y baduelista. Woods es un oportunista, quien ha encontrado su pozito particular de petróleo en Miraflores.

Hay una segunda división que no calza los zapatos de ideólogos donde pueden encontrarse compañeros de ruta (sandalistas) o pistoleros alquilados, encargados de diseminar el “evangelio”: Ignacio Ramonet, Richard Gott, Mark Weisbrot, Ken Livingstone (el ex-alcalde de Londres), Roy Carson, Les Blough, James Petras, Oliver Stone, Eva Golinger, Danny Glover, Jose Luis Monedero y Gregory Wilpert, cada quien con su pandillita.

En una tercera división, de descenso y dando lástima, se encuentran Carlos Escarrá, Marciano, Luis Britto García y Earle Herrera.

Y todavía más abajo el lumpen.

No hay comentarios: