martes, 23 de agosto de 2011

Memo para Damián Pratt sobre Minervén

A Andrés le tomo 16 años entender la vaina de Minervén

En relación con su excelente y reciente artículo sobre Minerven (Damián Prat C.: ¿No van a responder por la quiebra y ruina de Minerven?) deseo comentarle mi experiencia en relación con esta empresa y con el entorno político de la década de los 90, en el cual ya figuraban Andrés Velasquez y Américo de Grazia, quienes ahora atacan lo que antes defendían o viceversa.

Cuando estuve en CVG como Director General, en 1994 y 1995, pude darme cuenta de que CVG no podría jamás dar utilidades a la nación, tanto por su rígida estructura de empresa del estado como por sus deudas cuantiosas en moneda extranjera cuando muchos de sus ingresos eran en bolívares. Era necesario, entre otras medidas, convertirla en compañía anónima y privatizar la mayoría de sus filiales. Comenzamos un intento de privatizar algunas de las empresas a fin de redimensionar el papel del Estado, aliviar un Estado financieramente colapsado, ampliar mercados, mejorar la productividad modernizar planta y equipos, reducir la contaminación política en la gerencia y contribuír a restringir el papel de la CVG a lo industrial.

La filial mejor candidata para ser privatizada a corto plazo era Minervén. La razón era sencilla aunque no fue comprendida por el mundo político. No era una gallina flaca, muriendo de hambre. Era una gallinita que daba modestas utilidades y estaba, en aquella época, razonablemente bien gerenciada. Ello la hacía muy atractiva para socios privados en potencia. De no privatizarse, dijimos, Minerven nunca iba a poder crecer, ya que no tenía capital para explorar y aumentar sus reservas para aumentar su producción y su vida. Recomendamos que Minervén encabezara la lista de las empresas a ser privatizadas.

El gobierno de Rafaél Caldera se negó. Nos ordenó dejar de pensar en esa posibilidad. Esta decisión iba en contra de la política que ellos mismos habían convenido. Por qué? Le tuvieron miedo a la reacción regional. Cuando yo estuve en El Callao hablando con Ricardo Sardi, Víctor García, Lourdes, el Padre Tapia y otros representantes de la comunidad, ellos fueron muy enfáticos en oponerse a la privatización. Decían que una empresa que diera ganancias no debía privatizarse y en ello tenían parte de razón, pero no entendían la estrategia hacia el futuro. Se preocupaban por los empleos de la gente del lugar. Su visión era comprensible pero corto-placista. Yo no los culpo. Lo que no me gustó fue el circo político que montó la Causa R. Hasta un muñeco con mi nombre quemaron en la plaza de El Callao. En Noviembre 1994 Andrés Velasquez publicó costosos remitidos a toda página en la prensa nacional, en los cuales le pedía a Caldera que no privatizara a Minervén. Todas sus razones eran bastante demagógicas. Afirmaba que Minervén “va a producir 20.000 kilos de oro dentro de cinco años” y que con apenas una inversión de “$30 millones puede seguirse fortaleciendo”. El problema es que la empresa apenas tenía ganancias netas de unos $2 millones al año y realmente se requerían inversiones de unos $15 a $20 millones al año por varios años.

Caldera no quiso pelear con la Causa R y prefirió olvidar lo de la privatización de Mirnervén. En aquella época Andrés Velasquez y el alcalde de Upata, De Grazia ( no sé si es el mismo de ahora), me enfilaban las baterías y me dedicaban “flores” por la prensa local. 16 años después estos caballeros sustentan unas ideas diametralmente opuestas a las que mantuvieron en aquella época y muy parecidas a las que yo mantuve y mantengo. El colapso de Minervén llegó y, para rematar, el loco que tenemos en Miraflores desea “estatizar” el negocio del oro. Es decir, ponerlo en manos de sus incompetentes y corruptos gerentes. Por supuesto, Velásquez y De Grazia ahora se oponen a eso pero, lamentablemente, aquellos polvos que ellos regaron en su momento trajeron estos lodos.

Menciono esto sin otro propósito que mostrar como la demagogia y el patrioterismo nos han conducido al desastre. Algún día aprenderemos de nuestros errores.

8 comentarios:

Valerio Rinaldi dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Valerio Rinaldi dijo...
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csvv dijo...

Correctisimo Dr.

Incluso, una tal Pastora Medina hoy tambien pretende que olvidemos su pasado. Esto, por no hacer referencia alguna a su hermano, un sujeto cuestionable y de vulgar proceder, el exsenador Pablo Medina.

A Caldera la historia lo consumio y el pais se enrumbo por la peor desgracia que ha podido ocurrirle: Hugo Chavez y sus acolitos.

Es necesario mirar eso y mirar tambien lo anterior. El pais aun tiene grandes posibilidades. Inmensas, diria yo.

César dijo...

Fascinante relato, Sr. Gustavo. Debe haber sido frustrante trabajar seriamente en aquella época. Hoy día es un ejercicio inútil, casi un suicido, claro, pero entonces parecía quedar aun un mínimo de sensatez en los políticos de alto nivel y sin embargo no se les pudo convencer. Tan cerca y al final tan lejos.

Anónimo dijo...

No, el pais no tiene, ni nunca ha tenido grandes posibilidades. Precisamente, lo que va en contra de esas "grandes posibilidades" es su GENTE. cuando entendamos esto, entonces comprenderemos que solamente un cambio profundo de paradigma podria cambiar el destino de la nacion despues de muchas decadas de esfuerzo continuo. Pero esto es altamente improbabble...

Anónimo dijo...

Que lamentable que tu, como venezolano, digas eso de tu pais.

Si tu te identificas con los pobres diablos que han robado y danado mi pais, es tu problema. Pero yo creo, se, tengo conviccion, de que existieron, existen y existiran venezolanos grandes, que han hecho, hacen y haran grande a la patria a la que pertenezco.

Tu pobreza de espiritu como venezolano te lleva por la vida expresandote asi de lo que eres. O mas bien, de lo que no eres.

csvv dijo...

Siempre habrá gente que reniegue de sí y tenga esa opinión de Venezuela. Solo te diré que Gustavo y otros muchos venezolanos de mayúscula valía son el mejor contraejemplo de la barrabasada que escribiste. No critico tu derecho a escribir lo que se te antoje, pero una generalización así es por demás absurda. Es probable que lo sepas, y solo quieres pasar el rato en el blog. En fin.

Anónimo dijo...

Lo peor fue estatizar todas esas empresas de Guayana, que daban resultados muy dudosos, matenidas por una PDVSA que producía por ser el Petroleo su negocio. A Venezuela se la chupan todas esas empresas del Estado, pero también diferentes intituciones intocables y parasitarias como: las fuerzas armadas, universidades públicas, la excesiva burocracia...hasta el hipódromo que en todas partes del mundo da ganacia, en Venezuela es un ruina.